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Excursión Pisa y Florencia

Torre inclinada de Pisa

Torre inclinada de Pisa

La llegada es al puerto de Livorno.

La excursión consiste en ir a Pisa, visitar la plaza dónde está la torre inclinada y posteriormente hacer una ruta a pie por Florencia.

El autobús nos recogió al lado del barco, salimos a las 8:40, el viaje hasta Pisa es de unos 45 minutos, durante el recorrido nos fueron comentando distintas cosas sobre lo que íbamos a ver y sobre la propia ciudad de Pisa. El autobús nos dejó en un aparcamiento bastante grande, es necesario ya que la afluencia de turistas es impresionante. La guía nos acompañó hasta la Piazza dei Miracoli, hay unos diez minutos andando, tuvimos unos 50 minutos para disfrutar de la Torre Inclinada, la Catedral y del Baptisterio. Dicho tiempo no es suficiente para poder entrar en ninguno de los sitios, pero sí da para poder ver la plaza con tranquilidad. Tuvimos que volver por nuestra cuenta hasta el autobús, como llegamos pronto no había mucho ambiente por la calle, pero al volver ya había bastante gente y todos los puestos estaban abiertos, hay que tener cuidado pues si te entretienes en los puestos, que hay bastantes, puede ser que hagas esperar al resto de compañeros de viaje. Subimos otra vez al bus para seguir en dirección a Florencia.

A las 10:30 salimos hacia Florencia donde llegamos después de una hora y cuarto de viaje, paramos en una plaza con una gran iglesia dónde pudimos empezar a ver el estilo arquitectónico de la ciudad y aprovechamos para coger los auriculares.

La ciudad de Florencia estuvo gobernada por la familia Medici y casi todo lo que nos contó el guía fue en relación a dicha familia.

Desde la recogida de los auriculares fuimos paseando por algunas calles hasta legar a la Piazza Santa Maria Novella, del magnífico complejo de la Catedral de Santa Maria del Fiore, con su imponente cúpula, el Baptisterio, y el Campanario de Giotto, todo ello por el exterior, una vez más no hay tiempo para entrar. Estatua que se toca, la iglesia construida sobre un mercado.

Continuamos el paseo por varias calles desde la Plaza de la República hasta la Piazza della Signoria, para ver La Loggia dei Lanzi que es un museo al aire libre que muestra obras maestras de la escultura, allí realizamos una entrada rápida (entramos por una puerta y salimos por otra) en el Antiguo Palacio (Palazzo Vecchio), centro del poder político, con su patio adornado y sus tesoros artísticos. Posteriormente nos dirigimos al Ponte Vecchio, el único puente en Florencia qué no ha sido destruido durante la Segunda Guerra Mundial, es un puente en dónde hay numerosas tiendas de joyeros judíos, son tiendas muy antigua. Nos sorprendió el hecho de que pueda haber tanta joyería junta y todas ellas puedan sobrevivir.

Terminamos el paseo en la Plaza de Santa Croce para admirar la maravillosa Iglesia de Santa Croce, lugar de sepultura de Miguel Ángel, una vez más desde el exterior, aquí terminamos la visita a las 14:10. Nos dejaron una hora y media de tiempo libre el cual lo dedicamos a comer con tranquilidad, estábamos cansados de verdad y nos apetecía sentarnos tranquilamente en un lugar fresco con una cervecita también fresquita. También tuvimos algo de tiempo para hacer alguna compra, pero no demasiado, la plaza tiene algunas tiendas y puestos de pintores, en las calles próximas también hay puestos con recuerdos y una preciosa tienda de juguetes artesanos de madera.

Para comer escogimos el restaurante (¡¡PENDIENTE!!) que nos recomendó la guía, era un restaurante típico italiano, la pasta y la pizza buenísimas, al ir recomendados por la guía no nos cobraron el servicio, según entras parece pequeño, pero luego tiene un montón de recovecos, es muy grande. Está situado justo a la izquierda según se mira a la basílica de la Santa Cruz. El precio estaba bien, no recuerdo el precio exacto, pero no fue caro. Hay que ir rápido a comer porque vamos todos a la vez y al final gastas el tiempo esperando en el restaurante.

Después de un rato de compras nos reunimos con el grupo y volvimos hacia el barco. El autobús dio un pequeño rodeo para subir a una colina y ver una panorámica de la ciudad. A las 17:45 estábamos en la cola para entrar en el barco.

Opinión

Esta excursión igual que la de Roma sí que merece la pena. Decimos lo mismo, no da tiempo a conocer Florencia, tan solo es una panorámica, pero da pie a que entren ganas de volver.





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