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La llegada

Grand Holiday

¡ Primer encuentro !

El barco empezaba su recorrido en Barcelona y por tanto tuvimos que llegar hasta allí, teníamos dudas de a dónde debíamos indicar al taxista que nos llevara, pero ningún problema, al decirle que íbamos a un crucero y que era el Grand Holiday el señor nos indicó: ¡sin problema!.
Fuimos al puerto y, la verdad, nos esperabamos algo un poco cutre y destartalado, los puertos tienen esa pinta, pero al llegar nos recibió un espacio muy amplio y bien "montado", con sitio para aparcamiento de sobra. Estaba dividido en distintas terminales, una para cada barco, y en cada terminal había un aparcamiento bastante amplio y un edificio bastante amplio y moderno.

Vestibulo terminal Iberocruceros

Vestibulo terminal Iberocruceros

El primer contacto fue de impresión positiva, pero enseguida vimos una cola terrible. Siempre nos han contado que en los cruceros te pasas el día haciendo colas y eso confirmaba nuestra información. He de decir que llegamos bastante temprano, como una hora y pico antes de la hora inicial de embarque y aún así había cola.

Siempre me habían contando que en los cruceros te hartas de hacer colas y al ver aquello lo confirmamos.

Al llegar a la cola una chica muy amable nos preguntó si íbamos en grupo (colegio, etc.) o por libre y nos situó en la cola adecuada, bueno, en la cola, la de grupos no había, pasaban casi directamente. Pensamos que íbamos para rato, pero la cola avanzaba muy rápido y en menos de 10 minutos estábamos facturando las maletas.

Zona descanso terminal Iberocruceros

Zona descanso terminal Iberocruceros

El tratamiento de las maletas es similar al que se hace en los aeropuertos, llegas a un mostrador, muestras tu documentación, le pones una identificación a la maleta y se la llevan, posteriormente la encontrarás en tu camarote, eso sí no te aseguran la hora, las nuestras llegaron sobre las 17:00 desde las 12:00 que las dejamos.

Al mismo tiempo que entregamos las maletas nos dieron una tarjeta que llaman "tarjeta magnética", es una tarjeta personal que sirve para realizar todas las compras que se hagan en el barco: desde pagar un reloj en una de las tiendas del barco a una cerveza en el bar. Esta tarjeta también sirve como identificación para poder entrar y salir del barco.

Al dejar las maletas pasamos al terminal donde pasas un pequeño control de policía y de ahí a la zona de espera. Hay que esperar hasta la hora de embarque que se hace por turnos, al dejar las maletas te dan un número que es tu turno de embarque, en cada turno entran unas cien personas, es una forma de que vayamos entrando poco a poco en el barco.

El terminal, que es único para el barco, es una zona muy amplia con mucho sitio para sentarse, tiene una cafetería, servicios, cuatro ordenadores con internet gratis (he de decir que sólo funcionaban dos) y alguna tienda similar a las que se encuentran en los aeropuertos. Un sitio, dentro de lo que cabe, bastante agradable.

Estuvimos esperando una hora aproximadamente, pero he de decir que llegamos mucho antes de la hora de embarque. Durante todo el tiempo que estuvimos esperando hubo una cola similar en la zona de recepción donde se dejan las maletas, no paró de llegar gente.

Finalmente llegó nuestro turno, entramos en una pasarela y al final del todo estaba la entrada del barco.





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